¿QUÉ PRETENDEMOS?

POWER POINT QUE EXPLICA LO QUE PRETENDEMOS
Power point utilizado para explicar el porqué y el cómo de nuestro material
ENCUENTROS CON PADRES 2º AÑO.doc
Documento Microsoft Word 7.9 MB

“El frío de la noche calaba los huesos. Tras la bufanda del soldado, el vapor de su aliento era signo de vida. La artillería pesada y el posterior enfrentamiento de los ejércitos, había dejado los barrios prácticamente en el suelo.

-‘Qué extraño’-se dijo-, cuando entre la fina lluvia, detectó una luz.

Al acercarse, se encontró con que la luz provenía de una de las pocas construcciones salvadas de los bombardeos. Era una panadería. Se podía ver, a través de la vitrina, cómo el panadero, agitaba la masa en el aire y la hacía caer sobre una mesa cubierta de harina, mientras cantaba una vieja canción. La escena, entre las ruinas, llenaba de esperanza a quien pudiera verla, y se podía afirmar con certeza que la vida al final siempre se abre paso. El soldado no advirtió que, parado junto a él, se hallaba un niño, como hipnotizado, de frente a aquellos panecillos que se mostraban en la estantería. El frío no parecía asustar al chiquillo. Seguramente hacía días que no probaba bocado alguno. El soldado lo miró y le dijo:

-¿Te comerías uno de esos?

-¿Sería posible? -contestó el pequeño.

El soldado entró al lugar. El niño, desde fuera, tras la luz de las fachadas, vio cómo los dos hombres –soldado y panadero- intercambiaban palabras. Observó cómo el soldado ofrecía algunas monedas, y el panadero a cambio, le entregaba el más hermoso y grande de los panecillos de la estantería. El soldado, con una sonrisa de oreja a oreja, entregó el panecillo al niño. Éste, no cabía en sí. El panecillo, aún caliente, exhalaba un sabroso olor a una masa recién hecha.

El niño, saliendo de su asombro, cerró los ojos, acercó el panecillo a su cara y llenó sus pulmones de un calor fragante... un calor de vida.

Luego, miró al soldado y con una voz siempre inocente, llena de alegría, le preguntó:

-Señor, ¿es usted Dios?

(Adaptación de "El panecillo de vida" en "Historias que me contaron", José Irarrázabal, San Pablo, Chile).

 

Ojalá que estas páginas sirvan para avivar el apetito en los padres y en los niños

que se preparan para recibir por primera vez ese pan sabroso que es Jesús eucaristía.

 

Este material que ofrecemos desarrolla el segundo curso de una propuesta concreta para trabajar con los padres de los niños que se acercan a nuestras parroquias solicitando la Primera Comunión para sus hijos, normalmente niños que se encuentran en 2º y 3º de EPO. Se corresponde con la primera fase (Con Jesucristo en su Iglesia) de la segunda etapa (el momento prevalentemente catequético) del Plan de reiniciación de padres. Concreción del itinerario diocesano 6.A con propuestas para desarrollar con los padres durante el proceso catequético de sus hijos (de 7 a 12 años)[1].

Presupone, por tanto, que ya se han llevado a cabo los encuentros y celebraciones con los padres correspondientes al primer curso.

 

1.      Relevancia y dificultad de trabajar catequéticamente con los padres

Recordamos lo que expusimos en el capítulo introductorio del primer curso: “Ofrecemos este material desde el convencimiento de la necesidad (y no solo de la conveniencia) de implicar catequéticamente a los padres si queremos que la siembra que se hace en sus hijos produzca frutos consistentes de vida cristiana (cf. Mt 13). ‘Ganarse’ a unos padres tiene efectos multiplicadores pues ellos siembran en sus hijos en el día a día mientras que la catequesis parroquial tiene que conformarse con hacerlo normalmente una hora escasa a la semana.

Particularmente relevante es la participación de los padres durante estos años en los que, por una parte, mantienen con sus hijos una relación cercana, intensa y cotidiana (pasan mucho tiempo con ellos, se percibe habitualmente la complicidad y sintonía entre ellos…) y, por otra, comienzan a experimentar una cierta desorientación ante las dificultades que encuentran a la hora de educarles.

Somos conscientes de lo complicado que resulta implicar a los padres en esta labor[2]. Muchos están convencidos de que la catequesis es cosa de niños y, por tanto, a ellos no les tiene que afectar. Además, en muchos casos no se percibe en ellos interés por conocer mejor al Dios cristiano y crecer como cristianos. Aún a aquellos que manifiestan cierto interés por la propuesta les resulta difícil encontrar tiempo por las exigencias del trabajo fuera y dentro del hogar, el cuidado de otros hermanos[3]...

Por tanto, no es de extrañar que los resultados que han logrado hasta el momento quienes se han esforzado en este trabajo con padres y los que podamos ir alcanzando a corto plazo hayan sido y puedan ser más bien escasos y pobres. Esta experiencia negativa no debe llevarnos a tirar la toalla conformándonos con hacer lo que podamos con los niños. Más bien debiera suponer un estímulo para intentarlo de nuevo una y otra vez.

Si estamos convencidos de su importancia (es bueno y valioso tanto para los padres como para sus hijos y para la Iglesia) y, por tanto, de la necesidad de gastar energías pastorales en ello, intentaremos pacientemente que cuaje esta oferta evangelizadora, favoreciendo la cercanía afectiva y efectiva a esos padres concretos y sus circunstancias (intereses, preocupaciones, mentalidad…). Además sentiremos la necesidad de ayudarnos arciprestal y diocesanamente en la ardua tarea: compartiendo ilusiones, cansancios, inquietudes, materiales y coordinando mejor nuestros esfuerzos…” (páginas 3-4).

 

2.      Contenido de este material

Al igual que se planteó para el primer curso en estas páginas se ofrecen cinco propuestas para encuentros de un guía (o catequista) con los padres. En el primero de ellos se ve conveniente acabar con una sencilla celebración final; para los demás también se ofrece una breve celebración para que la puedan realizar quienes deseen concluir todos o algunos de los encuentro con la participación de los niños. Además se proponen tres celebraciones conjuntas de padres, niños y catequistas.

Se anima a que cada mes (desde octubre hasta mayo o junio) haya un encuentro o una celebración. Esta podría ser su distribución en el tiempo:

 

ENCUENTRO O

CELEBRACIÓN

MES

SUGERIDO

TEMA

Encuentro 1º y breve–celeb.

Octubre

La alegría de pertenecer a la Iglesia de Jesús

Encuentro 2º

Noviembre

Los sacramentos: encuentros con Jesús vivo

Celebración 2ª

Diciembre

La alegría de recordar nuestro bautismo

Encuentro 3º

Enero

La alegría de amar a Dios y al prójimo

Encuentro 4º

Febrero

La alegría de vivir el perdón

Celebración 3ª

Marzo

La Primera Confesión

Encuentro 5º

Abril

La alegría de vivir la eucaristía

Celebración 4ª

Mayo/Junio

Oración eucarística final

 

2.1 Encuentros con padres

Los encuentros con los padres se centran en los núcleos temáticos fundamentales de iniciación en la fe que sus hijos vayan tratando en la catequesis [de acuerdo con el Catecismo de la Conferencia Episcopal Española Jesús es el Señor]. En concreto en este segundo curso la temática se centra en la Iglesia de Jesús en la que Él sigue haciéndose presente y acompañándonos en la vida a través de los sacramentos. Nos ocuparemos especialmente del sacramento del bautismo, de la reconciliación y de la Eucaristía. Y de la vida propia de los cristianos marcada por el amor, el perdón y la entrega.

En estos encuentros con los padres se pretende poner en diálogo la experiencia vital de los padres con los elementos esenciales del mensaje cristiano. Para ello, el guía de padres ha de esforzarse por realizar dos tareas fundamentales:

1/ sacar a la luz los planteamientos, interrogantes, inquietudes, dudas, esperanzas, convencimientos… de los padres;

2/ teniendo presente este contexto vital de los padres, ha de esforzarse por plantear cuestiones y ofrecer pistas que les ayuden a entender su vida cotidiana a la luz del mensaje cristiano y a sentirse invitados a vivir en cristiano las alegrías y esperanzas, tristezas y angustias de su vida diaria.

Dado que en estos encuentros se tratan los núcleos temáticos del Catecismo Jesús es el Señor (que es también el Catecismo de referencia de la catequesis de sus hijos) sería muy conveniente que los padres tuviesen y fuesen asimilando de forma progresiva ese Catecismo. No renunciemos a que cada hogar tenga, además de la Biblia o Nuevo Testamento, uno de los catecismos de la Iglesia en España, y éste de Jesús es el Señor, puede ser uno de ellos.

Los encuentros se estructuran de la siguiente manera:

1.   Acogida cordial: es un momento fundamental de los encuentros (para que sean tales y no se queden en meras reuniones). Implica crear un clima de cordialidad, de cercanía, de interés por las personas que vienen o no han podido venir. Un clima en el que los padres estén a gusto y en el que puedan sentirse comprendidos y acompañados. De esta manera, se favorece la experiencia de la Parroquia (y por tanto de la Iglesia) como comunidad.

2.   Exposición testimonial del tema por parte del guía: hemos optado por una presentación del tema correspondiente que no se quede en un planteamiento meramente doctrinal sino que trate de ofrecer el testimonio de alguien que se cree aquello de lo que habla y que toma en consideración las posibles preguntas e inquietudes de los padres allí presentes. Se quiere con ello interpelarles desde la fe en su vida cotidiana, aportarles algo que pueda servirles para su vida concreta y sugerirles pistas para acompañar a sus hijos en su crecimiento personal y cristiano.

3.   Sugerencias a partir de un texto bíblico significativo: en cada encuentro se propone un texto bíblico, acompañado de algunas pistas interpretativas que ayuden a “saborear” lo fundamental del tema planteado.

4.   Momento para la interpelación y asimilación personal: conscientes de que vivimos en una sociedad en la que hay muy poco tiempo para el silencio y la reflexión personal hemos hecho una opción por tener unos minutos de silencio (puede ponerse una música de fondo que favorezca el clima de interiorización) para que los participantes –con una hoja de apoyo- puedan profundizar brevemente en lo dicho hasta el momento. Este tiempo puede ser en principio de unos 5 minutos.

5.   Pequeño compromiso para hacer en familia: se invita antes de terminar el encuentro a prolongar lo vivido, comprometiéndose los padres a realizar una sencilla pero significativa actividad en el hogar que, además, pueda repercutir positivamente en la preparación catequética de sus hijos para recibir a final de curso por primera vez a Jesús eucaristía.

6.   Oración final: se concluye el encuentro con un sencillo momento orante que posibilite ir acrecentando -con el paso de los meses- la confianza en Dios.

7.   Entrega de una hoja para seguir reflexionando: se les da a los padres una hoja con algunos textos que puedan –si lo desean- ayudarles a volver sobre el tema del encuentro y profundizar un poco más en él.

8.   Breve celebración: Si se ve oportuno concluir el primer encuentro una breve celebración. Para los demás encuentros se ofrecen algunas pautas por si se quiere acabar con una breve celebración. El guía de los padres decidirá la conveniencia o no de concluir un encuentro con esa celebración con los niños. Esta breve celebración suele constar de un sencillo diálogo con los niños, un gesto o símbolo, una oración y una canción.

9.   Valoración del encuentro por parte del guía: puede ser muy interesante que el guía escriba -el mismo día del encuentro en un cuaderno- todo lo que ha vivido en ese encuentro con los padres, cómo se ha desarrollado, cómo se ha sentido, qué ha ocurrido en ella, qué dificultades le han surgido, de qué está contento... Esto será muy útil para los posibles encuentros de guías que podamos tener a nivel diocesano o arciprestal.

Para que estos encuentros con padres puedan alcanzar sus objetivos pensamos que sería muy conveniente que los grupos estuvieran compuestos por unos diez padres. Si fuese muy difícil encontrar guías para varios grupos podría hacerse la primera parte del encuentro con todos los padres y dividirlos por la sala en grupos de unas diez personas para los momentos de diálogo.

2.2 Celebraciones de padres, niños, catequistas

Se intenta que estas celebraciones vayan en conexión con lo que los niños estén viendo en sus sesiones catequéticas ordinarias durante esos meses.

En este segundo curso se cambia el desarrollo de estas celebraciones. Ya no hay una primera parte en la que estén separados los padres y los niños sino que toda la sesión la realizan juntos los niños, padres, catequistas, guía y sacerdote.

Se proponen celebraciones que buscan favorecer la participación activa particularmente de los niños (y en menor medida de los padres y catequistas). Para ello se recurre al lenguaje expresivo de los signos y de las canciones; se tiene presente la Palabra de Dios; se recomienda la utilización de recursos audiovisuales (power point, mini-videos…); se dedica algún momento para el encuentro de cada niño con sus padres (y si no está presente ninguno de ellos con su catequista) para dialogar sobre alguna cuestión y decidir algún pequeño compromiso.

En estas celebraciones estarán todos los grupos de padres y de niños del segundo curso o por lo menos los que se reúnen el mismo día y a la misma hora.

Otras actividades

“También resultará enriquecedor la realización de alguna convivencia con los niños en la que se tenga presente la participación de la familia en algunos momentos y otras actividades pensadas para toda la familia como pueden ser: llevar el belén al monte, organizar un festival de Navidad, participar en el festival de la canción misionera, hacer una salida al monte o excursión…

En alguna actividad se debe iniciar en el compromiso caritativo. Puede ser con motivo de la campaña contra el hambre, o en otras iniciativas” (Plan de reiniciación de padres. Concreción del itinerario diocesano 6.A con propuestas para desarrollar con los padres durante el proceso catequético de sus hijos [de 7 a 12 años], 6,B,1).

 

3.      Tareas de los guías de padres

El Plan de reiniciación -al referirse a estos guías- afirma que “se ha de procurar que sean creyentes cercanos y sensibles a la situación que están viviendo los padres y madres que se les confía, capaces de ayudar al grupo a dialogar y profundizar en la experiencia cristiana que van desarrollando, de comunicar su propia experiencia de búsqueda y encuentro del Dios revelado en Jesucristo y respetuosos con el ritmo que pueda llevar el grupo.

En un primer momento es posible que en muchos casos sean sacerdotes los encargados de animar estos grupos pero habría que esforzarse para que vayan incorporándose progresivamente laicos adecuadamente preparados para la tarea y particularmente padres y madres que vivan gozosamente su fe”[4].

 

4.Propuesta abierta a la creatividad y corresponsabilidad de los guías, parroquias y arciprestazgos

Nos gustaría que el material que ponemos a vuestra disposición no se entendiera como algo acabado y encorsetado que hay que hacer exactamente tal y como se indica aquí. Somos conscientes de que a veces hemos puesto demasiado material para un encuentro o celebración. Lo que pretendemos es que los responsables del encuentro o celebración elijan los materiales que vean más adecuados y prescindan de todo lo demás.

Además quisiéramos que lo propuesto para cada encuentro con padres y cada celebración con los padres, niños y catequistas fuese recibido como una invitación a la creatividad y la corresponsabilidad. Creatividad para mejorar el material incorporando otros recursos y dinámicas y, en definitiva, enriqueciéndolo con la experiencia personal, parroquial y arciprestal de quienes lo vayáis utilizando.

Corresponsabilidad para compartir diocesanamente:

o       a través de la página web: www.catequesispadres1acom2burgos.jimdo.com

o       enviando un email a catequesispadres1acomunionburgos@yahoo.es

lo que vayáis viendo que os funciona en este trabajo con padres: recursos, dinámicas…, y también las dificultades que vayáis encontrando. Así podremos ayudarnos y enriquecernos mutuamente en esta labor con los padres tan importante como difícil de llevar a cabo.



[1] Ofrecemos la totalidad de este Plan de reiniciación de padres como Apéndice de este material (pág. 78-84).

[2] En el Plan de reiniciación se señalan tanto los aspectos positivos como las dificultades:En cuanto a lo positivo se subraya que: se crea un buen clima de diálogo con un trato más cercano y cordial que facilita que se conozca mejor a las personas y las situaciones concretas de las familias; se entablan relaciones de amistad entre los padres; se va percibiendo en esos padres menos recelos con respecto a la Iglesia y una mayor implicación en la vida parroquial (participar en la Eucaristía dominical, en el coro, en grupos de matrimonios o bíblicos, hacerse catequistas…).

Las dificultades que se ponen de manifiesto son las siguientes: son pocos padres (y mayoritariamente madres) los que se implican en estas propuestas formativas pues se ve la catequesis como cosa de niños, la religión como algo superado e innecesario, la falta de tiempo por parte de los padres (trabajo, actividades extraescolares de sus hijos…); cuesta pasar de lo estrictamente humano a lo específicamente trascendente y religioso; la debilidad en la fe de muchos padres; la falta de tiempo por parte de los sacerdotes y la escasez de personas preparadas y dispuestas para llevar estos grupos de padres; la dificultad que tenemos para sintonizar con los intereses y preocupaciones de los padres y ofrecerles un método que sea a la vez atractivo y que les ayude a avanzar en su fe; la ausencia de continuidad (al recibir la primera comunión muchos niños dejan la catequesis y sus padres también su itinerario formativo)” (n.2, p.68).

[3] Una cuestión a plantearse es la posibilidad de ofrecer desde la parroquia alguna persona que se encargue de atender a los niños pequeños mientras sus padres están en los encuentros y durante la primera parte de los días de celebración. Muchas veces la dificultad viene porque los niños no quieren quedarse con las cuidadoras o porque los padres no quieren dejarlos.

[4] n.7, pág.72.